El Cuerpo y la Sangre de Cristo

Conversiones, Milagros y Oraciones


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martes, 30 de octubre de 2018

Himno a Jesucristo


El Padre nos libró del poder de las tinieblas, y nos trasladó al reino del Hijo de su amor, en quien tenemos la redención y la remisión de los pecados; que es la imagen de Dios invisible, primogénito de toda criatura; porque en Él fueron creadas todas las cosas del Cielo y de la tierra, las visibles y las invisibles; los tronos, las dominaciones, los principados, las potestades; todo fue creado por Él y para Él. Él es antes que todo, y todo subsiste en Él. Él es la cabeza del cuerpo de la Iglesia; Él es el principio, el primogénito de los muertos, para que tenga la primacía, sobre todas las cosas. Y ruego al Padre, que en Él habitase toda la plenitud, y por Él reconciliar consigo, todas las cosas en Él, pacificando con la Sangre de su Cruz, así las de la tierra, como las del Cielo”.

(Col 1, 13-20).

viernes, 26 de octubre de 2018

El Plan Divino de la Salvación


Bendito sea Dios y Padre de Nuestro Señor Jesucristo, que en Cristo nos bendijo, con toda bendición espiritual en los Cielos; por cuanto que en Él nos eligió, antes de la constitución del mundo, para que fuésemos santos e inmaculados, ante Él en Caridad, y nos predestinó a la adopción de hijos suyos por Jesucristo, conforme al beneplácito de su Voluntad, para la alabanza del esplendor de su Gracia, que nos otorgó gratuitamente en el Amado, en quien tenemos la redención por su Sangre, la remisión de los pecados, según las riquezas de su Gracia, que superabundantemente, derramó sobre nosotros, toda sabiduría y prudencia, dándonos a conocer, el misterio de su Voluntad, conforme a su beneplácito, que se propuso en Él, para realizarlo, al cumplirse los tiempos, recapitulando todas las cosas en Cristo, las del Cielo y las de la tierra; en Él, en quien hemos sido declarados herederos, predestinados según el propósito de aquel, que hace todas las cosas, conforme al consejo de su Voluntad”.

(Ef 1, 3-11).

miércoles, 24 de octubre de 2018

Alma de Cristo


Alma de Cristo

 Oración de San Ignacio de Loyola (1491-1556).

Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh buen Jesús, óyeme!
Dentro de tus Llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de ti.
Del enemigo malo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a ti.
Para que con tus santos te alabe.
Por los siglos de los siglos. Amén.

viernes, 19 de octubre de 2018

El Valor de la Sangre y la Pasión de Cristo


Y si llamáis Padre, al que sin acepción de personas, juzga a cada cual según sus obras, vivid con temor, todo el tiempo de vuestra peregrinación, considerando que habéis sido rescatados de vuestro vano vivir, según la tradición de vuestros padres, no con plata y oro, corruptibles, sino con la Sangre Preciosa de Cristo, como cordero sin defecto ni mancha, ya conocido, antes de la creación del mundo, y manifestado al fin de los tiempos, por amor vuestro; los que por Él creéis en Dios, que le resucitó de entre los muertos, y le dio la gloria, de manera que en Dios tengamos, nuestra fe y nuestra esperanza”.

(I Pe 1, 17-21).

Pues para esto fuisteis llamados, ya que también Cristo padeció por vosotros, y os dejó ejemplo, para que sigáis sus pasos. Él, que no cometió pecado, ni en cuya boca se halló engaño, ultrajado, no replicaba con injurias, y atormentado, no amenazaba, sino que lo remitía al que juzga con justicia. Llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que, muertos al pecado, viviéramos para la justicia, y por sus heridas habéis sido curados”.

(I Pe 2, 21-24).  

martes, 16 de octubre de 2018

Institución de la Eucaristía


Mientras comían, Jesús tomó pan, lo bendijo, lo partió y, dándoselo a los discípulos, dijo: Tomad y comed, éste es mi cuerpo. Y tomando un cáliz y dando gracias, se lo dio, diciendo: Bebed de él todos, que ésta es mi Sangre de la alianza, que será derramada por muchos para remisión de los pecados”.

(Mt 26, 26-28).


Comentario:

Desde la Santa Cena del Jueves Santo, todos los días, en cualquier parte del mundo, cuando un sacerdote oficia la Santa Misa, Jesús se sacrifica una y otra vez, constantemente. Aprovechemos estas oportunidades, para acercarnos a él; adorándole y agradeciéndole, lo que ha hecho por nosotros en el pasado, lo que hace en el presente, y lo que hará en el futuro. 

En el momento de la consagración del pan y del vino, decir en voz baja esta plegaria: “Señor no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya, bastará para sanarme. Oh Jesús, desde lo más profundo de mi alma, yo te agradezco tu sacrificio como víctima de amor, aceptando la Voluntad de Dios Padre, en beneficio de la humanidad, compadeciéndote de nosotros, para librarnos del pecado y de la muerte, abriéndonos el camino hacia la vida eterna. Gracias Jesús, por tu dolorosa Pasión; gracias, por los méritos de tus Santas Llagas; y gracias, por tu Preciosa Sangre derramada. Amén”.

(Oración inspirada por el Ángel de la Guarda, la madrugada del 16 de octubre de 2018, al Adorador de Cristo).


Ángel de la Guarda.

Ángel de mi Guarda, dulce compañía,
no me desampares, ni de noche ni de día,
no me dejes solo, pues sin ti me perdería.
Guárdame en los brazos de Jesús, José y María,
hasta que amanezca y se haga de día.